Esta paleta celestial turbulenta de color púrpura y amarillo
muestra una burbuja de gas llamada NGC 3199, soplada por una estrella conocida
como WR18 (Wolf-Rayet 18).
Las estrellas Wolf-Rayet son
estrellas masivas, poderosas y enérgicas que están a punto de llegar al final
de sus vidas. Inundan su entorno con vientos gruesos, intensos y de rápido
movimiento que empujan y barren el material que se encuentra allí, tallando
formas extrañas y maravillosas a medida que lo hacen. Estos vientos pueden
crear ondas de choque fuertes cuando colisionan con el medio interestelar
relativamente frío, lo que provoca que se caliente todo lo que esté a su
alrededor. Este proceso puede calentar el material a temperaturas tan altas
que es capaz de emitir rayos X, un tipo de radiación emitida solo por fenómenos
altamente energéticos en el Universo.
Esto es lo que sucedió en el
caso de NGC 3199. Aunque este tipo de escenario se ha visto antes, todavía es
relativamente raro; solo otras tres burbujas Wolf-Rayet emiten rayos X
(NGC 2359, NGC 6888 y S308). Se cree que WR18 es una estrella con vientos
especialmente poderosos; una vez que se ha quedado sin material para
alimentar estos vientos sustanciales explotará violentamente como una
supernova, creando una ráfaga de aliento final mientras termina su vida
estelar.
Esta imagen fue tomada por la
European Photon Imaging Camera (EPIC) en el observatorio espacial de rayos X
XMM-Newton de la ESA, y marca diferentes parches de gas en diferentes colores. El
gas increíblemente caliente y difuso que emite rayos X dentro de la burbuja
Wolf-Rayet se muestra en azul, mientras que un arco brillante que es visible en
la parte óptica del espectro se traza en tonos de amarillo verdoso (emisión de
oxígeno) y rojo (emisión de azufre).
Este componente azul y
amarillo-verde forma una nebulosa óptica, una nube brillante de polvo y gases
ionizados, que se extiende hacia el extremo occidental de la burbuja de rayos X
(en esta imagen, el Norte está en la parte superior izquierda). Este arco
asimétrico provocó que los astrónomos identificaran previamente a WR18 como una
estrella llamada fugitiva moviéndose mucho más rápido de lo esperado en
relación con su entorno, pero estudios más recientes han
demostrado que la emisión de rayos X observada no respalda esta idea. En
cambio, se cree que la forma de NGC 3199 se debe a las variaciones en la
química del entorno de la burbuja y a la configuración inicial del medio interestelar
alrededor de WR18.
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